Aprende a Escuchar, Que Hablar Seguro que Sabes
Me atrevo a preguntarte ¿cuánto te dispones a escuchar de lo que oyes? después de haber hecho autocrítica y reconocer que, con determinadas personas, no siempre escucho todo lo que oigo y además caigo en el error de recurrir a las presuposiciones, algo que suelo criticar especialmente en los demás y ahora lo tengo que hacer conmigo mismo.
Y no creas que esto es una nimiedad, pues de las presuposiciones surgen innumerables conflictos y malentendidos. La buena noticia es que, una vez aceptada esta realidad, estoy en el proceso de enmendarme.
Antes de seguir me gustaría aclarar, para aquellas personas que no tengan claro la diferencia entre los dos términos, que oír es un acto involuntario que nos permite percibir sonidos a través de nuestros oídos aunque no tengamos intención de hacerlo, sin embargo escuchar es un acto intencionado que se produce cuando oímos algo y tratamos de razonar, pensar…, en resumen de comprender lo percibido.
“Sólo si escuchamos podremos aprender. Y escuchar es un acto de silencio; sólo una mente serena pero extraordinariamente activa puede aprender.” (Jiddu_Krishnamurti)
Pues bien, debido principalmente al ejercicio del coaching, procuro que mi escucha esté siempre activada al máximo y eso es algo de lo que te das cuenta porque una buena escucha te mantiene centrado y enfocado.
Pero ahora soy consciente de que cuando estoy hablando con personas muy cercanas, por ejemplo, mi familia, no siempre estoy en situación de escucha total y ocurre que en ocasiones escucho sólo una parte de lo que oigo, obligándome a presuponer el resto.
Ayer sin ir más lejos fui a visitar a mi madre porque tenía cierto problema con el frigorífico, ella me decía —anoche escuché un ruido fuerte y luego un pitido de alarma, así que le di al botón que está dentro…— y aunque pongo puntos suspensivos porque mi madre siguió hablando, sin embargo sólo escuché hasta ahí y lo demás lo supuse, así que mi respuesta fue algo así como —pero ma por qué tocas botones sin saber y a lo loco— y a continuación fui a apagar el frigorífico desenchufando el cable. Luego sentí la curiosidad de mirar ese botón que dijo mi madre que tocó, ¿sabes cuál era? ¡pues el botón de apagado del frigorífico! un botón que yo desconocía que existiese y sin embargo mi madre sí lo sabía.
La principal razón por la que prestamos menos atención en la escucha de las personas más cercanas es precisamente porque tenemos la creencia de que ya las conocemos bien, conocemos su forma de pensar, incluso hasta el punto de presuponer sus intenciones y motivaciones.
No sé si sería justo concluir que mientras más cercana es una persona para ti, menos atención pones en lo que dice, pero en todo caso, mi experiencia va por esa línea, y sinceramente, creo que ésta puede ser una de las causas de muchos problemas de comunicación, por ejemplo, en las familias, además no sería la primera vez que escucho decir algo así como es que mis hijos no me entienden, o es que mis padres no me entienden, o es que mi pareja no me entiende…, ¿tendrá algo que ver en eso el que oímos más que escuchamos?
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!